martes, 21 de julio de 2009

Volteando la moneda

Finalmente las autoridades argentinas en Cuba han dado el visto bueno, el tan ansiado visado es nuestro! tiene vigencia desde el día de la entrevista, el tiempo empieza a correr. Uno quisiera que el reloj se detenga hasta que J. obtenga el permiso de salida de la isla, en esta última fracción del camino todo funciona como un quisquilloso engranaje, donde, una vez mas, la persona protagonista no tiene el control de nada. Hemos pasado el momento que J. mas temía, recuerdo la primera vez que fué a la embajada Argentina en La Habana, me dijo: "nunca imaginé que alguna vez iba a entrar allí", y apenas lo conocí una de las primeras cosas que escuche de él fue: "nunca pensé en irme de mi país"... en menos de cinco meses esos dos pensamientos eran parte del pasado, y fué algo que nos paso a ambos desde diferentes lados, nuestras creencias se desmoronaron, transmutaron por el sentimiento enorme que nos unió a días de habernos visto por primera vez.
Podemos considerarnos a un paso de la victoria y ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios y el aprendizaje. Nuevamente queda al descubierto la herencia enraizada que cada uno lleva de su país, yo con mis temores, él con su insoslayable confianza ... Intento ponerme en su lugar para saber como se siente dejar el lugar en que naciste, viviste y aprendiste todo lo conocido, la gente que quieres, el despegue de todo lo propio, el desarraigo emocional, físico y de pertenencia a un país que, aun reconociendo las limitaciones, él ama... Nuestra relación y conocimiento de uno hacia el otro ha crecido mucho mas de lo que cualquier observador objetivo pudiera entender. Cada vez estamos mas convencidos de la elección y dirección que tomamos. Aun falta un trecho, pero ya estoy viendo la cara de la moneda, y no tanto la cruz.

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