martes, 28 de julio de 2009

Abriendo los brazos

Me pregunto por estos días si esta necesidad de relatar los pasos dados continuará con la llegada a nuestro país de mi querido J., o si le pondré fin desde ese momento. Hasta ahora, cada logro pequeño lo hemos vivido cual victoria, y de allí para adelante era un reubicarse para la próxima batalla, -hablando en términos revolucionarios tal como lo decreta el nombre del blog- no ha habido tiempo para el descanso mental o emocional, hoy -ahora- observando casi la cima, con el sol tan de frente que casi enceguece... siguen apareciendo obstáculos, aún cuando creemos todo terminado, nada concluye, solo son pequeños instantes de alegría que apenas dan tiempo a tomar un poco de aliento. En la vida nunca se llega a un punto final, es el arribo a un nuevo punto de partida. Por eso ha sido importante dejar escrito cada vivencia, ya que al seguir adelante generalmente se nos olvidan los detalles que no han hecho "parir" y lejos de ser nocivo, recordar es fundamental para el crecimiento personal y para en un futuro, quien sabe, transmitirlo a nuestros hijos. En mi mente visualizo infinidad de veces el mapa de la isla y la distancia que nos separa, y de allí no son miles de kilómetros hasta nuestra querida Argentina, es solo un instante en el que siento el calor de un abrazo interminable.
He pensado también en mi admirado comandante Guevara y sus ataques de asma en la Sierra Maestra, cargado de armas y mochila con medicamentos, avanzando sobre suelo desconocido. Y no porque exista comparación alguna, (excepto el hecho simbólico de avanzar con peso pesado casi a ciegas) sino, por el sentimiento de satisfacción de logros sobre cosas lógicamente casi imposibles. Es el punto donde entiendo el principio de la felicidad que existe en la lucha misma, en los pequeños logros, en vivenciar la generosidad y el apoyo incondicional de los amigos. Experimentar que el objetivo, dá la fuerza necesaria para sobrepasar cualquier inclemencia, una fuerza indestructible de ver el camino solo hacia adelante, sin posibilidad de retorno. Eso es y ha sido para mi todo esto. El principio fue una separación física sin fecha de reencuentro en el Aeropuerto José Martí un 18 de enero, que nos quito el aire... la siguiente escala es el aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, y por mas de frente que tenga el sol voy a mirarlo de frente!

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