martes, 23 de junio de 2009

Justo a tiempo

El desasosiego que provoca la espera de una decisión, que otras personas tomaran sobre tu futuro, es un efecto que mente y cuerpo no puede eludir.
Mi novio y yo estamos a la espera del permiso de salida de Cuba, y el permiso de entrada a nuestro país. Aunque suene absurdo, primero le tienen que otorgar el permiso de entrada a la Argentina y luego puede solicitar el permiso de salida de Cuba, en la transición, la visa puede caducar (sí, tiene vencimiento...) Es una frágil combinación de tiempo, entre el "visto bueno" que lo otorga la embajada Argentina en Cuba y la concesión de salida del gobierno de Cuba, en ese lapso, solo nos queda rezar a todos los santos de turno, para que no prescriba la visa. Todo debe conjugar de manera perfecta, para que finalmente, él pueda "montar" un avión y volar a Buenos Aires. Es agotador leerlo, y transitarlo también....
Tremenda necedad, que dos personas adultas, para estar juntos necesitemos autorización como si fuéramos menores. Uno se siente estéril ante semejante obstaculo. Si a ello le añadimos, el tiempo que transcurre, y la distancia que nos separa, el estado se torna en inquietud absoluta.
Andamos deseosos de elevarnos y planear, pero uno de nosotros tiene un cepo que lo sujeta a la tierra, la tarea hasta ahora, es impracticable.

1 comentario:

  1. macabro manejo tratar a los ciudadanos como delincuentes

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